La respiración bucal suele producirse a causa de una obstrucción de las vÃas aéreas superiores, por ejemplo, debido a una alergia, y según el Dr. Jefferson Yosh, autor del estudio, es tan frecuente que casi todas las familias tienen a alguien afectado.
Con el tiempo, los niños con respiración bucal sin tratamiento pueden sufrir un desarrollo anormal facial y dental con caras y bocas estrechas, sonrisa gingival, inflamación de encÃas y dientes torcidos. También afecta a sus patrones de sueño, asà como al crecimiento general del niño y a su rendimiento académico —al no dormir bien por las noches, suelen estar más cansados durante el dÃa y les cuesta concentrarse en los estudios—. Por otra parte, si el paciente se ve frustrado en la escuela puede mostrar problemas de comportamiento.
Además, la respiración bucal puede conllevar una pobre concentración de oxÃgeno en el torrente sanguÃneo, lo que repercutirÃa en presión arterial alta, problemas cardÃacos o apnea del sueño.
Muchos de estos niños son mal diagnosticados con trastorno por déficit de atención (ADD) o hiperactividad. En este sentido, el dentista puede ser el primero en detectar sÃntomas de mala respiración, asà como inflamación de amÃgdalas, ya que muchos pequeños visitan a este profesional con mayor frecuencia que a su médico.
La Academy of General Dentistry o Academia de OdontologÃa General (AGD) es una asociación profesional integrada por más de 35.000 dentistas generales dedicados a estar al dÃa en la profesión mediante la educación continua. Fundada en 1952, la AGD se ha convertido en la segunda mayor asociación dental en los Estados Unidos, y es la única que representa exclusivamente las necesidades e intereses de los dentistas generales.