Las abfracciones son un desgaste del diente a nivel cervical, como puede apreciarse en estas imágenes del doctor Silvestre Ripoll. Existen interpretaciones muy diferentes sobre su formación.
Intentando abarcar el conjunto de mecanismos supuestamente implicados, se ha propuesto un esquema (Grippo et al. 2012) en el que estas lesiones pasarían a denominarse lesiones cervicales no cariógenas, y resultarían de la participación del estrés o sobrecarga oclusal (abfracciones propiamente), la fricción resultante del cepillado traumático y la biocorrosión, desgastando el cuello dentario por mecanismos químicos, bioquímicos y electromecánicos.
Pese a este intento de conciliación con la participación multifactorial, parecen existir posturas claramente enfrentadas defendiendo la etiología por sobrecarga oclusal y la etiología por cepillado traumático.
La teoría del cepillado traumático incluiría también el efecto abrasivo del dentífrico y se basarían en el resultado de investigaciones in vitro, simulando el cepillado dentario con y sin dentífrico sobre dientes extraídos.
La teoría del estrés oclusal se basaría en modelos de ingeniería con elementos finitos para observar la distribución de las fuerzas oclusales, concentrándose en la zona cervical del diente.
Ambas teorías carecen de estudios longitudinales en humanos que confirmen el desarrollo de estas lesiones. Tan solo se había publicado el seguimiento durante 14 años de una persona con bruxismo, abfracciones y desgaste oclusal (Pintado et al. 2000).
Nosotros hemos podido contribuir al mejor conocimiento de estas lesiones utilizando nuestra base de datos con pacientes seguidos a muy largo plazo.
En concreto, 174 personas con y sin sobrecarga oclusal por bruxismo; y con y sin abfracciones, entre otros factores.
Dado que dispusimos de imágenes clínicas al inicio y al final del seguimiento, fue posible identificar el desarrollo y progresión de las abfracciones y su relación con el bruxismo y con el cepillado dental.
En las siguientes imágenes podemos apreciar el aspecto clínico de abfracciones que comienzan a desarrollarse.
Con todos estos datos, pudimos confirmar que la sobrecarga oclusal por bruxismo era el factor claramente asociado al desarrollo de las abfracciones. El papel del cepillado dental con o sin pasta quedaría relegado a mantener estas lesiones libres de placa bacteriana, más que a formar estas lesiones. Las siguientes imágenes muestran el desarrollo de abfracciones tras unos 20 años.
Los datos recabados con estos estudios nos permitieron además hacer una serie de observaciones interesantes y especialmente útiles en la práctica clínica diaria. Más aún, nos permitió utilizar la presencia de abfracciones para crear un sistema diagnóstico y pronóstico, identificando qué pacientes podrían evolucionar peor debido al impacto del bruxismo (con presencia de abfracciones) y de la enfermedad periodontal.
Las imágenes siguientes nos muestran la evolución de las abfracciones a los largo de 20 años (A y B) en una persona que evolucionará mal, perdiendo más dientes.
Las imágenes C a J muestran un tipo de situación clínica inicial característico de personas que van a evolucionar mal. Entre otras características comunes, estas personas presentan bruxismo céntrico por apretamiento y abfracciones.
Importancia de las abfracciones
La presencia de abfracciones es importante porque confirma la existencia de sobrecarga oclusal por bruxismo. Cuando esta situación se presenta en personas con enfermedad pepriodontal, el riesgo de pérdida dentaria por esta enfermedad se duplica.
La presencia de abfracciones puede ayudar al diagnóstico del bruxismo céntrico, que además de ser más frecuente que el bruxismo excéntrico, es más difícil de diagnosticar, porque no hay un desgaste notable (atricción) de las superficies oclusales e incisales.
Las abfracciones pueden ser el único signo de bruxismo en personas con bruxismo céntrico.